Está claro que disponer de las
competencias básicas en cuanto a matemáticas, lengua y otras materias que nos
enseñan en la escuela, es fundamental, pero no debemos olvidar, que la
educación debe ir de la mano de la formación, y por tanto, los educadores ahora
se tienen que convertir en formadores.
Actualmente, disponemos de toda
la información y conocimientos en Internet. Por ello, cada vez la educación
debe modernizarse más, y desde los docentes a los padres, debemos centrarnos en
educar a los pequeños y no tan pequeños, a aprender a aprender. Es decir,
debemos mostrarles las herramientas y las estrategias, para que puedan adquirir
esas competencias básicas que siempre se han enseñado en la escuela.
A cambio, si se consigue llegar a
esta evolución, podremos encontrarnos con espacio libre en las aulas para el
intercambio de conocimientos, valores y la tan apreciada moral y ética que se
ha puesto de moda actualmente, pero que desgraciadamente, no se estructura
siempre como se debería.
Y por supuesto, debemos pensar,
que no sólo los niños estudiosos por naturaleza tienen potencial, sino que
también los niños y adolescentes revoltosos y “problemáticos” (y lo pongo entre
comillas a conciencia, porque los niños problemáticos no existen, sino que se
crean); también tienen derecho a ser formados y educados. En muchas ocasiones,
presuponemos que los niños con potencial, son aquellos a los que señalamos como
“empollones”, y no es así, únicamente ocurre, que al resto no se le extraen sus habilidades escondidas.
Abrir otras vías simultáneas de
educación es importante y puede resultar muy favorable, ya que hacer competitiva
a una persona en las habilidades en las que puede destacar, implica que va a
desarrollar competitivamente, lo que mejor sabe hacer. Evidentemente, esto hay que conseguirlo, sin dejar
de lado la lengua y las matemáticas, así como otras materias necesarias para
sentar ciertas bases de conocimiento.