viernes, 22 de abril de 2016

10 consejos para ser feliz educando.

Todos los educadores y profesores sentimos que cuando nos estamos preparando para comenzar nuestra carrera profesional, vamos a dedicarnos a la pasión de nuestras vidas y vamos a tener un trabajo sencillo y fácil, sin embargo, cuando empezamos a trabajar todo cambia, y nos pensamos: "Nadie dijo que fuera fácil" y aún así, damos nuestras vidas por nuestros alumnos y alumnas y por seguir con nuestra vocación. Y también llegan momentos, aunque sean pocos, que se nos pasa por la cabeza dedicarnos a otra cosa porque nos ha ido mal el día, por eso, he recopilado aquí unos consejos para ser feliz educando, por si ayudan.

1. Si tu eres feliz, harás a tus alumnos felices.

El contagio emocional es muy rápido, y controlar las emociones, es el primer paso para evitar que nos contagien. Sin embargo, siendo felices, tenemos una gran ventaja. No pasa nada por contagiar la felicidad. Si nosotros hemos aprendido a ser felices, también podemos ayudar a nuestros estudiantes a serlo.

2. Exactamente el éxito, no te hace ser feliz.

No hay que buscar el éxito para ser feliz, sino sentirse feliz mientras se hace el camino para el éxito. Podremos lograr o no nuestros objetivos, pero si por el camino nos divertimos y lo pasamos bien, ya habremos ganado mucho. Si estás trabajando en tu vocación, la educación, esto es muy sencillo.

3. Entorno positivo.

Antes hemos dicho que es muy fácil contagiar emociones. Estamos rodeados en un mundo tan estresante de personas que se quejan todo el día, que todo les parece mal, pero no hacen nada por cambiarlo. No debemos quejarnos, debemos cambiar las cosas, y si no podemos cambiar a las personas negativas, alejémonos de ellas. Debemos crear un aula alejada de la negatividad.

4. Estamos aquí y ahora.

Los estudiantes son jóvenes y ello les lleva a ser impacientes. Tienen ganas de tenerlo todo ya, y algunos se esfuerzan para ello, pero a otros hay que darles un empujón. Hay que intentar inculcar una filosofía de vida tranquila, de cosechar poco a poco, sin facilidades, porque la vida no es fácil. No se trata de quererlo todo ya, sino de disfrutar lo que estamos haciendo ahora.

5. ¡Movimiento!

Motivar para el deporte y para la actividad es una tarea fundamental del profesorado. La actividad física ayuda a mantener el cuerpo sano, pero además está más que demostrado que podemos ayudar a que nuestra mente esté bien, calmada y concentrada gracias a los efectos de la actividad física. Se puede motivar a la actividad incluyendo concienciación para ello, en la programación, por ejemplo, en el planteamiento de problemas matemáticos relacionados con el deporte.

6. Agradecer y que te agradezcan.

No podemos obligar a nuestros estudiantes a que nos agradezcan nada, pues quizás no se sientan agradecidos por lo que haces o lo que tienen, sin embargo, si podemos predicar con el ejemplo, y agradecer su dedicación cuando se esfuerzan o que te ayuden con alguna cosa cuando es necesario.

7. ¡Ayúdales!

Aunque estén estudiando un grado superior o bachillerato, son estudiantes, son jóvenes y están aprendiendo de la vida. Guiar no es prohibir, pero sí ayudar. Enseñarles los caminos y las posibilidades que tienen, es un paso fundamental para ellos. A veces no ven más opciones que las que tienen delante. Por eso, el papel del profesor y el educador es enseñar, porque necesitan aprender. A las instituciones educativas, no vienen aprendidos.

8. Perdona y pide perdón.

Todos nos equivocamos, incluso los profesores y hay que saber pedir perdón cuando esto ocurre. No somos perfectos y pedir perdón, nos ayuda a sentir mejor. Además, por esta misma razón, hay que hacer entender a los estudiantes, que cuando nos equivocamos, satisface pedir perdón, relaja y ayuda a seguir adelante. También debemos todos, perdonarnos a nosotros mismos cuando nos equivocamos, y no permitir que a nuestras espaldas haya un bagaje que no merecemos cargar.


9. Prioriza.

En ocasiones deseamos llevar a cabo tantos proyectos y actividades, que nos agobiamos nosotros, y agobiamos a nuestros alumnos. Hay que entender que los proyectos y actividades educativas, sirven para que los alumnos puedan aprender de una forma dinámica y práctica y así mismo, adquieran habilidades para su futuro profesional y personal. Sin embargo, a veces, los hacemos colapsar y colapsamos también nosotros mismos. Por esta razón, es importante priorizar y en ocasiones, más vale una retirada a tiempo que una derrota. Hay que gestionar las actividades y realizar las mimas, en función de la importancia que tienen.

10. Sonreír a la vida.

Hay ocasiones en que una sonrisa a destiempo nos puede arruinar la vida, pero sonreír siempre que se pueda, hace creer a los demás y también a nosotros mismos que todo está bien. Que no parezca que te cachondeas de nadie, pero sonríe y sé feliz.

Un saludo y espero que estos consejos os ayuden. A mí me ha servido recordarlos en muchas ocasiones.