domingo, 26 de julio de 2015

¿Para qué sirve la tan valorada escucha activa?

Cada vez en las formaciones de empresa y en las actividades de coaching, se nos habla más de una habilidad que se considera de gran importancia, "La escucha activa". Pero...¿en qué consiste y para qué sirve?

En primer lugar, como ya sabréis, la escucha activa, consiste en no sólo oír lo que nos dicen, sino escuchar lo que se nos dice y comprender la situación del interlocutor. Digamos que estaríamos hablando de una capacidad, que incluye a su vez otras tantas como por ejemplo, la empatía. Es decir, ponernos en los zapatos del otro.

Y...¿Para qué sirve?

Por un lado, se puede confirmar, y si no os lo creéis podéis hacer la prueba con las personas que os rodean, podemos llegar a alcanzar ese ambiente ambiente en la conversación que tanto se necesita a veces para que nos comprendan. En ocasiones, no es necesario que la situación se convierta en tensa para sentirnos incomprendidos. Sin embargo, quizás no nos hemos planteado que no es que seamos incomprendidos, sino que nosotros no estamos entendiendo lo que necesitan los demás. Así pues, si creamos una comunicación relajada en la que nosotros seamos oyentes activos de la misma, es más probable que después nos comprendan a nosotros. Tanto el mensaje que envíen los demás así como el que enviemos nosotros, serán más efectivos.

Por otro lado, cabe decir que cuando escuchamos atentamente, obtenemos datos que podemos convertir posteriormente en información, y de esta manera, aprovechar lo que el emisor del mensaje nos está diciendo, por ejemplo, y en el ámbito comercial, para detectar las necesidades del consumidor. También en lo personal lo podemos utilizar, por qué no, para conseguir algo de nuestras parejas, padres y madres, o hijos e hijas.

Por último, en algunas ocasiones, como consecuencia de no prestar atención a todo lo que se nos está diciendo o a todo lo que decimos, se nos puede comprender mal, y se crean malos entendidos que pueden acarrear conflictos. Sí escuchamos prestando total atención a los mensajes y lo hacemos con empatía, será menos posible que se produzcan esos conflictos y malos entendidos. Aunque nunca podremos evitar el hecho de que cada uno entendemos las cosas de manera diferente, sí suavizaremos las malas interpretaciones.

Y recordad, que la comunicación no es sólo verbal, también nuestros gestos excitan o relajan a la persona que nos habla o a la que hablamos. Así que además de tener cuidado con lo que se dice, también debemos prestar atención a cómo se dice, y qué lenguaje corporal se utiliza para ello.

Por supuesto, adquirir la habilidad de escucha activa, requiere mucho esfuerzo, sobre todo para los que la practicamos poco. Pero como reza el refrán, "con paciencia y una caña...".

Un saludo a tod@s.