domingo, 9 de agosto de 2015

El placer de compartir los libros.

Leer un libro te puede resultar divertido o aburrido, fascinante o desagradable, emocionante o patético, entre otras muchas cosas. Entonces, ¿por qué no compartimos los que nos parezcan divertidos, fascinantes o emocionantes?
Igual que nosotros podemos disfrutar de un buen libro, también podemos permitir que los demás también experimenten grandes sensaciones. Y no sólo eso, sino que facilitar libros a otras personas, los vayan a devolver o no, es repartir cultura, y quizás también felicidad.
Quizás esta entrada hubiera sido más oportuna para el día 23 de Abril, pero...¿Por qué esperar a que llegue un día y no compartir siempre que se pueda?
Además, existen organizaciones que se dedican eventualmente a compartir o intercambiar libros, pero si no tenemos ninguna cerca, podemos ser partícipes de impartir cultura en el entorno más próximo; con amigos, familia...o incluso con una persona que nos encontremos por la calle, que quizás disponga de pocos recursos, pero teniendo un libro en sus manos, es posible que pueda olvidar su terrible situación por un rato.
Con más razón podríamos compartir, cuando los libros electrónicos están tan de moda y no sabemos qué hacer con los de papel de toda la vida, que en algunos casos pueden quedar muy bonitos en la estantería, pero en otros, son sólo para limpiar polvo u ocupar un espacio vital en pequeños apartamentos como en los que viven muchas personas actualmente.
Sabiendo, que compartir es vivir, y que nos hace sentir bien, ¡A compartir se ha dicho! Y más, si de cosas buenas se trata.